viernes, 25 de marzo de 2011

¿Ocupada? Alhamdu’lillah!

"Alhamdu'lillah" es una de las expresiones árabes que más se oyen, y que más echaré de menos pronunciar. Significa “gracias a Dios”, y se usa muchísimo. Para empezar, cuando te saludan, y te preguntan cómo estás, es lo que por norma general se responde: “alhamdu’lillah” (que en coloquial se resume en “hamdullah”). Luego, ya si eso, cuando te vuelven a preguntar, ya dices la verdad: bien, agobiada, ocupada, cansada, con calor… etc.

Hay otra expresión que todavía se oye más: Insha’allah. Ésta significa “si Dios quiere”, y es increíble como la tienen presente durante todo el día, para cualquier cosa. Toda aquella afirmación que tenga que ver con el futuro, contendrá esa expresión. Y, a veces, un futuro no tan lejano. El otro día, le dije al taxista: “después de la mezquita, por favor, a la izquierda”, y me respondió: “insha’allah”. Estuve a punto de decirle sin pensar: “no, no, es que vivo ahí, ¡gire a la izquierda por favor!”. Y sin embargo, es una expresión preciosa, a la que cada vez doy más sentido. ¿Quién puede controlar lo que todavía no ha ocurrido? Desde luego yo no. Y la verdad, es relajante pronunciarla, y aun así, hay veces que puede crear confusión, como cuando invitas a alguien a tu casa, y le confirmas la cita diciendo: “entonces, a las 6 en mi casa, ¿vale?” y te responde: “insha’allah”, y te quedas intranquila pensando por qué dijo eso, y si va a venir o no. Así que he aprendido a tomármelo como un “sí, a no ser que Dios lo remedie”.

En fin, que sí, respondiendo al título, sí, ando ocupada, lo cual es de agradecer.

El 21 de marzo pasado celebramos el año nuevo bahá’í en el que bailamos sevillanas los jóvenes jordanos y yo con la famosa canción de “Cuando un amigo se va”.

Además, varios estudiantes españoles (Dunia, Víctor y yoo),estamos preparando una adaptación de la obra de teatro de García Lorca, “Yerma”, que actuaremos el día 3 de abril, es una colaboración que hacemos en un proyecto universitario de mi compañera jordana de idioma, Shereen. ¡A ver qué tal sale!

Y para ponerle la guinda al pastel, me apunté a un “Curso de formación para profesores de español como lengua extranjera”. Es un curso intensivo que ofrece el Instituto Cervantes, que dura 5 días, de 9h a 17h, y la posterior observación de varias clases de español en el Instituto, y la práctica de una clase de español a jordanos.

Así que ya veis, a tope de actividades, ¡como debe ser!

viernes, 11 de marzo de 2011

¿Qué día es hoy?

Nada, no hay forma, ni el trimestre pasado lo conseguí, ni éste lo conseguiré.

¿A qué me refiero? A llamar a los viernes, viernes; a los jueves, jueves; a los sábados, sábados, y a los domingos, domingos.

El día del descanso aquí y en los países árabes no es domingo, si no viernes; el sábado sigue siendo parte del fin de semana, pero el domingo es día laboral y activo, y el jueves ya es el último día de lo que se conoce por "entre semana". Y no hay manera, por muchos meses que lleve levantándome el domingo pronto para ir a clase, por muchos sábados que me toque dormir pronto por tener clase al día siguiente, y por muchos viernes en los que reine un silencio sepulcral en las calles, no soy capaz de llamar a los días por su nombre.

Mi clase de árabe coloquial es lo viernes, aunque el resto del mundo jordano lo llame jueves. Hoy ha sido domingo, aunque la gente le llame viernes, y pasado mañana será lunes y no domingo como dice mi Centro de Idiomas. Y para rematarlo... en los fines de semana primero va lo que en España sería domingo y luego sábado, que me digan que no es para volverse loco.

viernes, 4 de marzo de 2011

Días especiales

Bueno, por suerte, la confusión y el ajetreo del inicio de clases se ven compensados con estos días de ayuno bahá'í que empezaron el 2 de marzo y durarán hasta el 21, dando pie a la primavera y al año nuevo bahá'í.
Desde que lo empecé hace un par de días, no he podido evitar recordar mi ayuno del año pasado en Zambia, y el del anterior en Barcelona y así sucesivamente, dándome cuenta de lo mucho que me unió y me une a la gente con la que he compartido este período que para mí es tan especial no sólo por sentir que de alguna forma me solidarizo con los que viven esta situación cada día sin tener la opción de comer a la puesta del sol, si no también por dar a mi cuerpo unas horas de descanso en las que siento que empieza a liberarse de toda la basura acumulada en las articulaciones y tejidos, y porque siento que estos días, por unas razones y otras, vuelvo a recuperar valores que debido a la inercia del día a día he vuelto a empezar a obviar y olvidar la importancia que tienen, como pueden ser: el respeto, la consideración y la empatía, el desprendimiento, el afán por superarme y ver que puedo conseguirlo todo y más, y un largo etcétera.
El 21 de marzo se celebra el año nuevo bahá'í, y parece ser que los bahá'ís de mi zona se encargan de organizar la celebración que incluye a toda la comunidad de Ammán. Y no os lo perdáis, quieren darle a toda la celebración un aire de lo que los árabes llaman "al-Andalus", un término que se refiere a la zona y el tiempo en los que los árabes residieron en España. Por ello, los jóvenes me han pedido que les enseñe a bailar nada menos que flamenco. Después de hablarles de la complejidad de tal baile, y de la cantidad de años que se necesitan para bailarlo bien, decidí, con la ayuda de Dunia, aprenderme dos de las sevillanas y crear algo parecido a una coreografía con la canción de "Cuando un amigo se va". Ver para creer. Hoy quedamos para que se lo aprendieran y para terminar de montar la coreografía. Están muy emocionados. Las chicas ya tienen su falda negra, su camiseta roja, su flor roja del pelo y su abanico (y cómo no, se han encargado de conseguir para mí también). Los chicos ya tienen sus guitarras y sus palmas preparados para animar a las chicas.
En fin, toda una aventura.
Ah, y un detalle importante: nos tocará llevar tacones altos, deseadme suerte.

P.D. Para los más curiosos: que no cunda el pánico. La situación social y política actual en Jordania no va más allá de unas pocas manifestaciones, ni mucho menos multitudinarias, en el centro de ciudad cada viernes. Tengo más que comprobado que Jordania es uno de los países más estables del mundo árabe en ese aspecto, y que no interesa ni a su gobierno, ni a su pueblo tener movidas sociales que rompan esta tranquilidad y estabilidad.