viernes, 24 de septiembre de 2010
Vida en la Universidad de Jordania
martes, 21 de septiembre de 2010
El día más esperado
El lunes día 20, fui al Centro de Idiomas de la Universidad de Jordania donde durante casi tres horas estuve haciendo el examen que definiría el nivel desde el que empezaría el curso de árabe para extranjeros.
El examen constaba de 3 partes: auditivo, escrito y oral. Después de salir algo desanimada del oral por no haber sabido entender que la mujer me preguntaba lo que significa un “visado”, y creyendo que la batalla estaría entre quedarme en el nivel 2 o el nivel 3, volví a casa e intenté no pensar más en ello. El 21 de septiembre, iban a darnos los resultados.
Hoy, asistí a la presentación ofrecida por el Director del Centro acerca de los cursos, información general, excursiones que haremos, y otras curiosidades. Nos dijo por ejemplo, que aquí en Jordania, podemos convertirnos en magos… usando el poder de la SONRISA. Nos dijo que por sonreír, por ser amigables, abiertos y por llevar siempre en la boca la frase “Al-Ordon balad jamil jiddan” (“Jordania es un país muy bonito”), muchos de nuestros problemas se desvanecerían y muchos de nuestros gastos económicos se verían reducidos (siendo estudiantes, es algo a tener en cuenta) como por arte de magia. Nos advirtió que teníamos la posibilidad de contactar con otros estudiantes árabes para quedar y practicar nuestro árabe, pero que según él, tengamos cuidado, pues hay muchos “cazadores de estudiantes extranjeros”.
Después de eso, nos enseñaron los sitios más básicos de la Universidad a tener en cuenta: restaurante bueno y barato, clínica sanitaria, biblioteca, museo, punto de encuentro, bancos… Conocí a una chica cubana, uno jordano, una estadounidense, y un escocés que habla un español andaluz bien gracioso (y que sabe alemán, chino, y empezó a aprender árabe en el avión).
Al volver al Centro de Idiomas fuimos a comprobar los niveles en los que estábamos… Cuál fue mi sorpresa al ver que no sólo no estaba en el nivel 2… si no tampoco en el 3, ni en el 4… ¡¡¡si no en el 5!!! Así que así empieza mi vida jordana, chicos, a darle duro al árabe, pasar calor hasta que el otoño decida venir a visitarnos, hacer amigos y, sobre todo, sonreír.
lunes, 13 de septiembre de 2010
Empezando a aterrizar
Sí… mi avión aterrizó hace ya cuatro días, pero yo aún estoy en ello. ¡Sigo mezclándolo todo! En mi cabeza, en mi corazón… mezclo vivencias en mi memoria, mezclo idiomas, mezclo hábitos culturales, mezclo sentimientos y emociones. En casa, mi portátil reproduce música africana, mientras estudio árabe y más tarde leo un libro de lectura en castellano. Todavía mi sangre palpitaba por Zambia cuando volé a Jordania y una vez aquí, mi corazón recuerda a mis seres queridos en España. ¿Quién no se volvería loca?
Pero sí, poco a poco, voy aterrizando.
Ammán es una ciudad con cerca de 2 millones de habitantes y se encuentra a 777m sobre el nivel del mar. Sin embargo, el área de Ammán donde me encuentro yo, sube a los 900m y pico, lo cual hace que sea más fresca. El Mar Muerto que toca a Jordania está a 416m bajo el nivel del mar!!! Eso lo hace el punto más bajo de la Tierra.
El otro día al final no fui al Mar Muerto, pues descubrí que el curso de la Universidad de Jordania donde estaré estudiando árabe nos llevará a los sitios más bonitos del país cada sábado (gastos incluidos en el precio del curso). Resulta que la entrada a la playa del Mar Muerto que da a Jordania cuesta unos 60 euros, qué locura…
Las fiestas del Ramadán ya han terminado y parece que todo ha vuelto a la normalidad. En varias ocasiones ya por la calle me han hablado en árabe como si fuera de aquí, y ayer en el supermercado me dijeron que parezco jordana! ¿Quién lo diría? Cuando les dije que “ana isbaniya”, les hizo ilusión y me preguntaron si era del FCB o del Real Madrid. Uno de los que escuchaba me dijo que había estado varias veces en España (Barcelona, Málaga, Toledo…). La gente es muy abierta y amable, me alegra mucho ver que para ellos no soy una intrusa más que ha venido a chupar de su espacio para llevarme su idioma.
Ahora toca estudiar fuerte para sacar un buen resultado en la prueba de nivel del día 20 y que me den mucha caña. Quién sabe lo que me falta por vivir aquí todavía…
sábado, 11 de septiembre de 2010
Primera puesta de sol
Los que me conocen y me han seguido la pista saben que lo primero que vi al aterrizar en Lusaka, Zambia, fue un amanecer increíble como nunca antes había visto. Pues bien, ésta vez, me ha tocado aterrizar en Ammán, Jordania, y lo primero que vi mientras mi avión jordano aterrizaba fue la puesta de sol, al mismo tiempo que sonaba la llamada a la oración en las mezquitas.
Pensé que el país entero se alegraba de mi llegada y por eso se oían fuegos artificiales por el cielo y se vivía un ambiente festivo de alegría. Pero resulta que no era exactamente eso… ¡Hoy terminaba el ramadán! Y con él, todo el cambio absoluto de programación que había producido durante esos últimos 30 días: cambio en el programa televisivo, en el horario de apertura y cierre de comercios… y cómo no, en el humor de la gente.
Al llegar al aeropuerto, cambié mis euros a dinares jordanos (1 euro = 0.85 JD) y pagué por mi visado. Me vinieron a buscar a tiempo, y me llevaron a casa. Mi piso se encuentra debajo del piso de los dueños del mío. Un edificio precioso, de piedra de un color teja claro. Fuimos primero a su piso, cenamos un plato de la casa hecho con yogur, pepino, tomate, menta, orégano y comino, junto con hummus (pasta de garbanzos) y pan para acompañar. Y cómo no, un té con menta delicioso. De postres, me dieron dátiles bañados en chocolate y almendra bañada en azúcar. ¡Todo bien rico!
Mi piso es igualmente bonito y espacioso, y se encuentra a 5 minutos andando de la Universidad de Jordania, ¡es perfecto! Caí muerta sobre la cama en cuanto se fueron. A las 5:30 de la madrugada ya se oía la llamada a la oración de la mezquita que según parece suena cada día al amanecer, al mediodía, por la tarde, al atardecer y al anochecer. Es precioso, la verdad, se oye como si fuera una radio encendida desde el cielo.
El tiempo es todavía de verano, hoy llegamos a los 35ºC. Tal vez mañana vayamos al Mar Muerto, donde dicen que hace 10ºC más todavía!
Estos días son las fiestas del Eid-al-Fitr, del ramadán, así que están de fiesta unos días y casi todo está cerrado, excepto los supermercados que parece que no cierran ni de noche!
“Bienvenida al mundo jordano, Aida”, me dijo Shireen hoy.