miércoles, 16 de febrero de 2011

¡Estoy de vuelta! ¿Dónde? Ahora os digo

Queridos amigos, compañeros, y familiares:
Voy a pedir unas disculpas públicas y sinceras por los casi dos meses que hace que no escribo. La verdad es que tenía muchas ganas de escribir, pero sinceramente, cuanto más pasaba el tiempo, más vergüenza me daba escribir... hasta que fui a España y me encontré con gente que me preguntaba cuándo iba a actualizar, yo que erróneamente pensaba que nadie lo leía... Ya me dijo mi querido Ricard, que "ese es un fallo muy común entre los blogistas: cuando no tienen comentarios en sus entradas creen que nadie lee y se frustran, y eso no es cierto". ¡Así que aquí estoy!
Después de escribir mi última entrada, me enfrentaba a los exámenes finales, así que aprovechando que Dunia tristemente se volvía a España de vacaciones navideñas, acepté el ofrecimiento de las chicas a pasar las navidades en su piso. Me hice mi pequeña mochilita y como aquel que va a escalar montañas me equipé de todo lo necesario para afrontar el frío... sólo me faltó llevarme la mantita.
Estuve en el piso de las chicas (Mari, Alicia, Diala y Laila) hasta el 5 de enero que volvía Dunia, estudiando, haciendo una de las butacas del salón mías (dicen ellas que desde entonces ya nadie se ha sentado en esa butaca, parece que ya lleva mi nombre...), comiendo porridge, jugando a cartas con Alicia, pasando horas charlando las cuatro sobre temas que van más allá de "¿Qué has hecho hoy?" y "¿Qué vas a hacer hoy?", y eso sí, en casa, siempre con la manta sobre los hombros y el té caliente, y por las noches con el pijama, las medias, la camiseta interior y las 4 mantas encima. En resumen: días inolvidables, desde luego, incluído el fin de año íntimo que vivimos Alicia y yo, empezando a ver "Bichos" en árabe y terminando por jugar a las cartas y echarnos unas risas, eso siempre.


El 5 llegó Dunia, e hice el exámen final (de cuyo resultado puedo decir que estoy muy satisfecha, modestia aparte, claro). El 6 ya estaba viajando a España donde me esperaba como siempre, mi querida familia con la comida persa que tanto había echado de menos.
"Oye, has adelgazado?", fue de las preguntas que más tuve que responder... sí, había adelgazado, pero no os preocupéis que para eso está mi madre: "A ti te voy a engordar yo". Al día siguiente tenía la nevera llena de arroz con leche, tarta de nata y frutas, y un bocata de jamón serrano para media mañana... no hay nadie como una madre, no cabe duda.
Y sí, me encontré con mi realidad de siempre: un hermanito que me pone al día de toda la música del momento, otro hermano estudioso hasta las cejas que yo creo que dejó un hueco en ese escritorio de tanto clavar los codos, una madre 100 que canta, se encarga de dos tiendas, es consultora de belleza y sigue haciendo todo lo que hacía siempre... bueno, mentira, y un papá que cada día me sorprende más con sus dotes culinarias, su conocimiento e interés por todo, y ese cariño que solo sé percibir yo.
Pasé una semana entera en Tenerife, creyendo que iba a la tierra del sol y la playa y me encontré con nubes, frío y lluvia... ya me decían que me los traje conmigo de Jordania y la península, quién sabe, sólo sé que tal vez llevé conmigo todo eso, pero me traje conmigo mucho más. Tuve la oportunidad de visitar a mis tíos, y eso me dio mucha alegría, y cuándo no.
Y qué miedo tenía de perder el árabe adquirido en Jordania durante mi estancia en España, y eso que no era mucho... o eso creía. Estando en España me di cuenta de la cantidad de expresiones que automáticamente se me salían en árabe. Muy a menudo me salía algún ma fi (no hay), ma beddi (no quiero), ya habibi (múltiples usos, desde "madre mía", hasta "¡ay cariño!"), yallah(venga)... y cuánto deseé no cambiar de chip hasta volver a Jordania, y cómo me escucharon desde arriba.
Hace una semana volví a Jordania con sólo dos cómplices conocedores de mi llegada y sorprendí a mis chicas en la cafetería con un "¿Qué pasa, que ya no contáis conmigo o qué?".
La verdad es que estoy muy contenta de mi progreso en el árabe, y la semana que viene, enshallah (si Dios quiere), empezaré un curso en árabe coloquial, que es el que más me interesa por querer trabajar como mediadora intercultural.
Y aquí estamos de vuelta... ¡A por todas más que nunca!

P.D. Para los curiosos: sí, mi madre lo consiguió, logré engordar 2kg.

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