jueves, 23 de diciembre de 2010

Navidades!!

Ya están aquí las navidades!
Poco las nota uno cuando anda por la calle, pero los Centros Comerciales están llenos de luces y colores navideños, y quieras que no se respira algo distinto.
El Centro de Idiomas hace unos días que no es lo mismo, al parecer muchos vuelven a sus países para celebrar estas fechas en familia... y una de esas personas es mi compañera de piso, Dunia, que por el poco tiempo que hemos compartido juntas nos hemos convertido en hermanas (si no gemelas). Se fue el lunes 21 a España y esta casa ha quedado demasiado vacía sin ella por aquí, así que he decidido aceptar la invitación de Mari, Diala, Alicia y Leila e ir a pasar estos días en su piso.
Aquí no se celebran las Navidades como las celebramos en Europa o América, así que tan sólo tenemos un día de fiesta (el 25, que da la casualidad de ser sábado), y el 1 (que también da la casualidad de caer en sábado), así que poco vamos a notar estas fiestas.
Sin embargo, por el momento han organizado una fiesta el viernes por la noche en casa de las chicas, y el sábado por la noche en casa de otro amigo, y así, de fiesta en fiesta, iremos pasando estos días.
El tiempo está algo loco, hace un par de semanas nevó un día y nadie fue a clase, nos quedamos todos en casa, al lado de la estufita, y ver como todo lo de fuera huele a Navidad e invierno. El señor del supermercado nos dijo que cada año, en invierno, durante unos días, se da la nieve y el hielo y es peligroso salir de casa, ya sea a pie o en coche.
Pero de momento, nadie ha visto nada de eso, sólo nevó un día, y ya ha vuelto a subir la temperatura, hoy y ayer llegamos a los 18-20º C y dicen que va a subir más la semana que viene, así que no sé muy bien qué clase de invierno nos espera.



domingo, 12 de diciembre de 2010

Tercer y último día de vacaciones

Finalmente, el tercer día de nuestras vacaciones inolvidables empezó de la mejor manera posible: viendo la salida del sol... que no el amanecer. Hago esta puntualización, porque nosotros queríamos ver el amanecer en el desierto, pero parece que el beduino no entendería nuestro cutre-árabinglés, y nos dio la hora de la salida del sol.
Así fue como nos despertamos todo emocionados para descubrir que ya había luz en el cielo. De todas formas, decidimos ir a ver la salida del sol. Escalamos una de las grandes rocas, si supierais el miedo que da, escalar una roca empinada como la que más, medio zombis por haber dormido 3h y cuidando mucho la enorme cantidad de desprendimientos... Pero sin duda, valió la pena llegar hasta arriba del todo, el desierto transmite una calma, un silencio, una paz y tranquilidad que no había sentido nunca hasta entonces.


Volvimos al campamento donde nos habían servido ya el típico desayuno jordano: labneh (queso-yogur de cabra con aceite), hummus (pasta de garbanzos), mutabbal (crema de berenjenas), zaatar (mezcla de especias que se come con pan y aceite de oliva), todo ello se come con pan, y té.
De ahí nos dieron una vuelta en Jeep por las dunas, y hacia las 12 partimos en dirección a Aqaba, una ciudad cerca de Wadi Rum pero a la costa del Mar Rojo. Cuando llegamos a Aqaba, lo primero que pensé fue: "¿Esto es Jordania? ¿O me han llevado a Tenerife?". Si veis fotos en Internet veréis a lo que me refiero: palmeras, turistas con cámaras de Nikon colgando del cuello, y playa. Sin embargo, para acceder a la playa, o bien se va a la playa pública (que no se recomienda a chicas extranjeras por el efecto que puedan causar sobre el público masculino...), o bien a la playa privada, propiedad de hoteles. Así que decidimos que ni una cosa ni la otra, íbamos a alquilar un barquito modesto por dos horas y a ver y bañarse en ese Mar Rojo conocido por lo cristalino que es. El Mar Rojo es precioso, y el agua, habría estado buenísima, si no fuera porque decidieron pararnos en un punto donde había una granja entera de erizos de mar.


Nuestro viaje de vuelta a casa en Amman se caracterizó por mucha música en el coche, mucho baile y mucha fiesta... españoles teníamos que ser.
Y así llegamos a nuestro hogar, dulce hogar, llenos de arena por todas partes, con el pelo salado del mar, y con el cuerpo de dos días sin lavar, de una excursión cuanto menos inolvidable e increíble a la que llamamos... "Callejeros por Jordania".


Qué deciros, lo único que nos faltaba es que el conductor de nuestro trayecto nos cogiera tanto cariño que nos invitó a comer a su casa... Musakhan!! Un plato típico jordano formado por pollo sobre pan, y bañado en jugo de limón, almendra y especias. ¡Ese es mi plato favorito!